27 ago 2014

¿Qué talentos se medirán en los próximos exámenes?

Recordemos un minuto a Gustavo Becerra-Schmidt y “el mito del talento musical”
Por Protoman. Publicado originalmente en Revista Sorbete Letelier No. 2


Estamos en época de exámenes y los cuestionamientos, acerca de su pertinencia y de la forma en la que miden nuestros talentos, comienzan a florecer: ¿Qué criterios se utilizan para evaluarnos? ¿Por qué son estos los criterios que evalúan nuestro talento? ¿Serán los criterios de evaluación subjetivos? Si son subjetivos, ¿cómo es posible que coincidan los juicios de valor estético entre distintos profesores? ¿Qué marcos de referencia delimitarían, entonces, estos criterios? ¿Qué ideología contienen los marcos de referencia impuestos por lo académicos? ¿Será la evaluación una simple calificación (nota) o será una valoración estética?


Hemos vivido en nuestra facultad, y no solamente en este año, sino que en pasados también, la falta de criterios de evaluación pertinentes al momento de medir el talento musical, tanto a nivel interpretativo como creativo. Esto evidencia la exposición de los estudiantes ante una inevitable evaluación aleatoria o arbitraria de académicos cada vez que generan sus juicios. Esta situación es alarmante cuando la observamos en algunos exámenes determinantes, tales como el examen de egreso o el de promoción a superior, al cual podría llegar un estudiante que haya cumplido con todos sus requisitos (tales como aprobar los ramos de 6 semestres con nota superior a 5.0), sin embargo suspendido de la carrera por una evaluación injustificada en este examen. En pocas palabras, los mismos académicos te pueden decir en 3 años (y puede alcanzar los 8 años en algunos casos): “sí, apruebas” y en el último día antes de pasar a superior: “no, estás fuera”. Es importante señalar que esto último no es solo una situación posible, sino que es una realidad en nuestra facultad.

Esto nos remite al subjetivismo, tan frecuente en la evaluación del talento. Aunque parezca raro todavía hoy existen críticos y exégetas que estiman que el valor estético sólo se da exclusivamente en esa forma” Gustavo Becerra '69

Es irónico y triste saber que Becerra encontraba extraño conocer, en el año 69', evaluadores que apelaran a la exclusiva subjetividad, cuando ahora, 43 años después, se siguen hallando. Es importante destacar que este compositor comprende que la evaluación artística no es una calificación o una nota, sino que la otorgación de un valor estético. La razón: “Los criterios son subjetivos, y cada académico tiene los suyos” es una justificación aceptada por académicos, sin embargo, ¿cómo es posible que los juicios manifestados por profesores coincidan en sus criterios con los de otros profesores? Esto sucede porque los argumentos del juicio estético siempre apelan, inevitablemente, a parámetros delimitados por un método o un sistema de referencia (¿¡qué pasó con la subjetividad!?).

A nadie se le ocurriría juzgar el talento de una obra inglesa con la gramática china, sin embargo, la mayor parte de los críticos y jueces creen que pueden juzgar una música cuya sintaxis les es ajena” Gustavo Becerra '69

Generalmente los sistemas o marcos referenciales comúnmente utilizados al evaluar, señalan que el plano en el que se desenvuelve el talento está determinado por reglas que provienen de la experiencia histórica. Estas referencias no permiten juzgar el talento de los que renuevan o están fuera de la tradición (¡exijo una explicación en la evaluación de la originalidad y la creatividad!). El problema de la academia actual es evaluar de acuerdo a pretéritos patrones culturales y no bajo preceptos del medio cultural vigente. Esto demuestra, en la facultad de artes, una desvinculación con la diversidad sintáctica actual, con la idiomática contemporánea, y con el espacio geográfico que habitamos.

Pero, ¿por qué sucede esto?

Los juicios sobre el talento son en medida apreciables factores de desarrollo o de inhibición del talento, teniendo en cuenta que los que detentan el poder económico o político en la sociedad determinan el sentido de las finalidades que permitan evaluar el éxito.Gustavo Becerra '69

La problemática de la pertinencia de juicios estéticos, que juzgan el talento musical en nuestra facultad de artes, se vincula a la relación de poder que existe entre jueces y juzgados, en este caso, a académicos y estudiantes respectivamente, siendo estos últimos los que deben acatar indisoluble e incuestionablemente lo promulgado por estos “maestros”. Hace falta decir que los que detentan la hegemonía en nuestro espacio, supuestamente democrático y triestamental, son los académicos. Pero insisto, ¿por qué harían esto nuestros académicos? Es claro, los criterios que nos evalúan, en otras palabras, los que determinan nuestra cabida en la Universidad, están pensados, por los sectores poderosos de nuestra facultad, para autovalidar su práctica artística, y así, su puesto en la sociedad y su poder político dentro de la universidad. Esto último explica el porqué la práctica artística que nos enseñan hoy en día a estado presente a lo largo de tantos años; práctica, entonces, descontextualizada y obsoleta.

La música no es un arte universal y su simple contacto no equivale a una adecuada asimilación” Gustavo Becerra '69

¡CUIDADO CON EL MITO DEL TALENTO EN LOS PRÓXIMOS EXÁMENES!

No hay comentarios:

Publicar un comentario