29 abr 2014

¿Qué irregularidades esconden los exámenes? (Parte I)

Por: Felipe Sandoval – Colaboradores: José Castro, Gabriela Dossow  
Fotografías: Archivo CEFA, Nicolás Staiger, Camilo Garrido

Un examen eliminatorio 

A fines de marzo del presente año nuestro equipo hizo pública la denuncia, mediante declaración, de diversas irregularidades sufridas por estudiantes de nuestra facultad en los exámenes de fin de año. Un día después, un ex estudiante de Composición publicaría una carta abierta denunciando las arbitrariedades bajo las que fue reprobado en su examen de promoción a Ciclo Superior, causando conmoción entre la comunidad:

Me dijeron que mi exposición había sido muy musicológica. (…) El problema es que en ningún lado decía que no podía ser así. Me dijeron que me faltaba madurez musical (…), que mis obras no estaban a la altura (…) y que había faltado mucho a clases de composición. Yo había faltado a las últimas tres clases del ramo, pero aún así cumplí con la asistencia requerida, ya que si no fuera así, no hubiera aprobado dicho ramo”. Así declaraba Pedro Correa en su carta publicada el pasado 26 de marzo, difundida además por el Centro de Estudiantes local (CEFA). En posterior entrevista con nuestro equipo agregó: “Todas las razones me dejaron más dudas que certezas y me dejaron en una situación de injusticia muy grande. Ahora, el problema es que consultando después con harta gente para ver qué les parecía mi problema, todos concordaban en que había faltado una pauta de evaluación adecuada en el examen. De haberla habido, en caso de ser reprobado yo sabría las razones concretas de por qué se me reprobó, en qué lados tendría falencias y en qué no. El hecho de no haber habido pauta produjo como consecuencia que se pudiera dar este escenario en el cual se actúa injustamente con un alumno, excluyéndolo de una carrera universitaria porque el examen, como sabemos, es de carácter eliminatorio. Al reprobar no puedo seguir estudiando, ya que aprobé todos mis ramos de la Etapa Básica, por lo que no puedo matricularme en ésta ni en Etapa Superior.

Toma 2013 de nuestra sede

Estas denuncias manifestadas por el ex estudiante de composición coinciden con el Diagnóstico Oficial de Ciclos Básicos emitido durante la movilización local de 2013, donde a propósito del examen de promoción a Ciclo Superior el documento relata: “El paso de Ciclo Básico a Ciclo Superior se efectúa mediante un Examen de Promoción de carácter eliminatorio el cual no posee una pauta de evaluación definida, lo que lo convierte en una prueba sumamente subjetiva, que reduce el acceso al pregrado a una sola nota, desconociendo la trayectoria del estudiante en la Etapa Básica (...)”. A propósito del término de esta etapa, el documento agrega: “El Examen de Promoción a Superior se plantea también como un filtro, lo que deja a quienes no son promovidos con la frustración de haber estudiado un extenso período y no haber recibido un reconocimiento válido, legítimo y real por su esfuerzo.” De esto, se extrae que independiente de si un estudiante aprobó todos sus ramos de Ciclo Básico, la reprobación del examen de promoción es causal de eliminación, pese a que éste en muchos casos consiste en evaluar los mismos contenidos que en el examen final del ramo principal (Composición o Instrumento).

Esta situación común a las carreras de Interpretación y Composición del Departamento de Música, fue corroborada por varios relatos de estudiantes que rindieron su examen de promoción en distintos años. Del 2011, una estudiante relata: “Mi profesora me dijo que la comisión de expertos había encontrado que no estaba al nivel. Sin razones objetivas o referencias.” Del 2012, una estudiante de composición: “(...) Nosotros ese año propusimos una pauta de evaluación que se supone que se iba a usar, al final nunca supimos si la usaron o no. Primero nos dijeron que no la podíamos ver. Nunca vimos a los profesores anotar nada. Me dieron mi nota y no sé por qué me la dieron, por qué no es más ni menos, y me tuve que atener a eso. Esto pasa con la mayoría de los exámenes de composición.” Del 2013 una estudiante de violoncello: “Entré al examen y no lo pasé. (…) Mi profesor salió y me dijo “no pasaste porque eres muy mala” (…) No hubo pauta de evaluación, y no te dicen por qué no te dejan pasar. Es todo muy subjetivo, es como si les gusta o no les gusta. Entonces no hay pauta, no te dicen qué te van a evaluar, lo que dijeron es que lo que había tocado era demasiado técnico y que no les había llegado mucha emocionalidad, pero también es muy subjetivo eso. Además, depende mucho de tu profesor, de cómo te presente, cómo te defienda, y mi profesor no me quería, obviamente no me defendió, no hizo nada. De hecho, salió y dijo “por ti no hice nada porque eres muy mala” y después se dio vuelta, me dio la espalda y a otra alumna le dijo “por ti pelié un montón”.” Del mismo año, José Castro, estudiante de composición narra: “(...) De esta forma termina el examen, salgo del lugar y me llaman luego de 15 minutos para presentar mi nota final. De la cual un profesor me colocó un 5,5 (sin justificación) y otro un 5,0 (sin justificación ni opinión o comentario). Y por supuesto, sin pauta ni criterios evaluativos.”.

Cabe destacar que en el caso de Interpretación Musical, en 2013 hubo 7 estudiantes que rindieron el examen de promoción, de los cuales sólo 2 aprobaron. A propósito del proceso evaluativo, el Coordinador General de Interpretación Musical, Wilson Padilla Véliz informó por correo electrónico a Dirección de Escuela: “Si bien se consideraron los puntos descritos en la Pauta Adjunta, no se registró por escrito la evaluación individual de cada postulante. Sin embargo, luego de la presentación musical de cada estudiante, la Comisión evaluadora discutió respecto de la calidad de la presentación en forma verbal y concluyó en el resultado cuya calificación tenía solamente las opciones de Aprobado o Reprobado, determinando así el posible ingreso a la Etapa Superior”. Sobre la pauta adjunta aludida: “(...) se encuentra aún en revisión y se está trabajando junto a nuestros asesores curriculares para su conformación final y socialización a la comunidad de nuestra carrera”.

A propósito de la arbitrariedad y vulnerabilidad académica a la que están expuestos los estudiantes de Ciclo Básico -opinión consensuada en los testimonios a los que tuvimos acceso, tanto en casos de aprobación como de reprobación del examen de promoción-, situación que fue parte del conflicto que condujo a la toma de las dependencias de la sede Alfonso Letelier Llona de la Facultad de Artes entre mayo y julio del año pasado, Ariel Grez -presidente CEFA período 2013- comentó: “El tema de las evaluaciones produce mucha inseguridad en los compañeros de Ciclo Básico, porque ven en entredicho la continuidad de sus estudios en un solo momento donde no tienen ninguna seguridad, pauta de evaluación ni resguardo. Hay un tema económico importante por parte de las familias que se esfuerzan, muchos de ellos son de regiones... en general es una situación bien complicada y que no tenga pauta lo hace mucho más, al borde de la ilegalidad.Alfonsina Torrealba, actual Consejera de Escuela, añade: “No hay una manera clara de abordar este problema aún, porque es muy grave, serio y requiere un cambio de estructura muy grande de parte de los profesores, sobre cómo sienten que deben ejercer la enseñanza. A pesar de que la directora de escuela tiene toda la voluntad, es un proceso muy complejo que le va a tirar a todos los profesores encima, especialmente a los de Interpretación y Composición. Al final estos profesores hacen lo que quieren.

Pautas de evaluación más allá del Ciclo Básico


Si bien el examen de promoción supone una atención especial por estar facultado para invalidar todos los años de Etapa Básica de un estudiante, la falta de pautas y criterios o la poca transparencia en torno a éstos no se reduce únicamente a esta instancia. En otros exámenes los testimonios de estudiantes y ex estudiantes nos relatan exactamente los mismos problemas, con la consecuente arbitrariedad que éstos conllevan. Paloma Castro, estudiante de violoncello, se refiere a su examen del ramo principal en 2013: “Después de unos minutos sale mi profesor y me da los comentarios de la comisión y mi nota de presentación y del examen, las cuales me parecieron bajas, aunque aprobaba el ramo. (…) Tampoco se socializó una pauta evaluativa, pues no existía.” Millaray González, estudiante de canto, precisa sobre el examen del mismo año: “(...) Cuando terminó mi examen, mi profesora no me expresó con claridad mi nota, me dijo que no era relevante, y si recibí observaciones sobre mi rendimiento fueron las mínimas, por lo demás me hablaron de mis carencias más que de mis progresos. Es decir, no recibí críticas constructivas. Momentos después se me mostró la pauta con que evaluaron los profesores de la comisión, y resultó ser la pauta que han utilizado para exámenes de otros niveles y ramos, con criterios que nunca han sido especificados desde que ingresé a la carrera hace seis años.” Francisco Moreira, ex estudiante de violín nos cuenta sobre su examen del mismo año: “En mi examen la irregularidad principalmente fue la falta de pauta, porque la forma con que me dijeron que había tocado no tenía ningún tipo de objetividad. (…) La comisión luego me manda a decir con mi profesor que mi Bach había sonado “arrabalero”, “callejero”. Fue una forma bastante despectiva de decirme que tocaba música popular, por lo mismo me estaban evaluando mal.” Un estudiante anónimo de interpretación relata: “(...) Del grupo de profesores sólo uno habló, se refirió a mis falencias, pero más que instrumentales y técnicas -de lo que me habrán hecho un comentario a lo más- me comenzó a criticar por cosas extra musicales, ya sea por el público que yo invité al concierto y gente que yo tampoco invité -pero haciéndome responsable a mí de la gente que había-, como si me creyera algo por haberlos llevado. No se me había avisado anteriormente que eso era problema y no estaba prohibido. (…) Se refirieron despectivamente de mi vestimenta, (…) dándome a entender que también era parte de una pauta de evaluación que jamás vi. Con respecto a la pauta, se lo dije a los profesores cuando me evaluaron: “¿cuál es la pauta de evaluación aquí? (...)” y me mostraron una hoja, de lejos, diciendo “aquí está la pauta, aquí están los puntos” y era algo que yo realmente no entendía porque eran apuntes del mismo profesor, no es una pauta que se le pase al alumno y al profesor y de la que ambos tengan una copia.

Notas de presentación: inventos y calificaciones extraviadas


Otra de las denuncias que coinciden en varios relatos aportados por estudiantes perjudicados cuentan que algunos profesores no son rigurosos con las evaluaciones a lo largo del año y no respaldan las calificaciones en ningún documento oficial, lo que deriva en casos de pérdidas de notas: “(...) A mediados del segundo semestre, mi profesor de piano complementario me informó que había extraviado las notas de nuestro curso, por lo que debía tomarnos todas las pruebas del año de nuevo. Yo no estuve de acuerdo con la medida, lo increpé al respecto y me respondió “ahí tú ves qué haces”. Finalmente llegué al examen y vi que mi nota de presentación había bajado a un 3,9 (desde una nota sobre seis que tuve anteriormente). Eso sumado al vacío de técnicas que traía me llevaron a reprobar el examen.” Una estudiante de violín describe un caso similar en su ramo de instrumento: “Cuando me dice el resultado del examen, me dijo que me presenté con un cinco seis y los motivos que a mi juicio son inventados. Hubo calificaciones durante el año pero las perdió, me mandó un correo (lo tengo todavía guardado) pidiéndome que buscara mis notas para poder colocarlas en el libro.” Una estudiante de composición describe situación similar: “En contrapunto, el año pasado se perdieron (las notas) y el profesor preguntaba “oye, ¿qué nota te puse?”. Eso subía las notas, si uno se sacaba un cinco, él te ponía un seis porque perdió la nota.” Una situación más grave sufrió Maura Estrada, estudiante de violoncello: “(...) mi ex profesor de instrumento me puso un 6,7 de nota por una evaluación técnica que tuvimos como a mediados del año pasado (2013), pero después del examen de fin de año, esperó a ver la reacción de los demás profesores sobre mi desempeño para decir mi nota de presentación y así no quedar mal con ellos, y dijo que mi nota del primer semestre era un 6,0. Cuando yo alegué diciéndole que era ilegal borrar la nota que representa el trabajo del año, argumentó que nunca la escribió en ninguna parte, así que no era ilegal. A raíz de este incidente decidí cambiarme de profesor.” Paloma Castro de violoncello describe: “Nunca antes me habían evaluado ni durante el año ni en años anteriores, pues vale decir que si según la coordinación de carrera las evaluaciones parciales quedan a criterio de cada cátedra, en la de violonchelo nunca se ha hecho una sola evaluación parcial, a pesar de que en el poco usado pero vigente programa de violonchelo se establece que deben ser a lo menos tres por semestre. (...) En el momento del examen yo desconocía mi nota de presentación, y fue así por todos los años anteriores a ése.” 
 
Así mismo, diversos estudiantes denuncian conocer su nota de presentación minutos antes de su examen o después de éste. Una estudiante de composición declaró: “El profesor que tenía nunca me dijo mi nota de presentación hasta después del examen. Me decía “tú te presentaste con tal nota”, pero en el año nunca me las decía. En otros exámenes me enteraba de mis notas como una semana antes.” Pedro Correa, también de composición, señaló: “Mi nota la supe sorprendentemente en el examen mismo, un minuto antes de rendirlo.” 
 

Respuesta de la institución 


Los testimonios que detallan estos acontecimientos han sido presentados ante distintas instancias institucionales, teniendo en consideración que transgreden directamente el Reglamento de Estudiantes de la Universidad de Chile, Título I, Artículo 4 sobre los Derechos de los Estudiantes: “Derecho a ser evaluado en su proceso de enseñanza y aprendizaje por medio de procedimientos que tengan normas, criterios y plazos conocidos y que sean aplicados con imparcialidad y rigurosidad. Además, se debe contemplar una segunda revisión, previa solicitud fundada, en aquellos casos en que sea aplicable” y la propia Ley General de Educación, vía Decreto con Fuerza de Ley N°2 del Ministerio de Educación, en su Título Preliminar, Artículo 7, que señala: “La evaluación de los alumnos deberá incluir indicadores que permitan efectuar una conforme a criterios objetivos y transparentes.

Iván Silva Lara, jefe de gabinete de la Vicerrectoría de Asuntos Académicos (organismo central dedicado a “la normalización de los planes de estudios de pre y postgrado, la atención integral de los estudiantes, la selección y admisión de alumnos, entre otras”) fue puesto en conocimiento de nuestra investigación y señaló estar al tanto de los múltiples problemas de la Facultad de Artes. Actualmente, los testimonios recopilados se encuentran en su poder para posterior análisis institucional.

Nuestra investigación fue expuesta a la Dirección de Escuela (“organismo que tiene por mandato principal el coordinar, administrar y cautelar la calidad de cada una de las actividades Académicas que se desarrollan en las diversas Etapas Básicas y los distintos Programas Académicos del Pregrado”). Consideramos destacable que bajo la anterior gestión de Patricio González no existió jamás Consejo de Escuela (única instancia donde estudiantes pueden velar por su bienestar académico mediante representantes con derecho a voz y voto) sino hasta recién a fines de 2012 cuando la movilización estudiantil detonó la instauración del mismo. La actual Directora de Escuela, Sra. Maite Lobos, quien comenzó a trabajar en el cargo en agosto del año pasado, luego de la renuncia de González (cuya remoción fue solicitada una vez en 2012 y dos en 2013) compartió sus apreciaciones a raíz de los testimonios expuestos:

Esto es muy coincidente con el diagnóstico que yo hago sobre cómo he visto acontecer el año. En la experiencia que he tenido hasta ahora, me da la sensación de que hay una tradición de docencia amparada en la lógica del conservatorio (…). Es una tradición muy defendida por la cultura local del Departamento de Música, la cual tiene que ver con una formación muy directa de maestro a aprendiz, casi renacentista, lo cual es muy bonito y honorable pero en algunos casos da cabida a las situaciones descritas. En ese sentido, estos dos lugares (Interpretación y Composición) son los últimos remanentes donde se da más masivamente un enfoque de ese tipo, pero esto está en retirada o está súper cuestionado por una conciencia y reflexión docente. (…) Tengo registro de casos concretos de profesores que hace tres años eran muy conservadores en su docencia, pero ahora, por haber participado en la Innovación Curricular están enfrentando desde otro lugar su profesión y han cambiado. Los casos de irregularidades se dan de parte de personas que no han participado de estas reflexiones.

Maite Lobos, Directora de Escuela

Revista Sorbete Letelier (R.S.L.): Desde la Dirección de Escuela, ¿qué camino se puede tomar para conseguir una mejora a estas problemáticas?

Maite Lobos (M.L.): (…) No hay procedimientos definidos a menos que efectivamente se siga un protocolo súper complicado que se llama sumario administrativo, pero para esto tiene que haber una denuncia concreta de alguien con nombre y apellido, debe ser acogida por el área legal de la facultad y se determina a alguien que haga la investigación. Eso puede demorar varios años. Hay casos terribles de sumario donde el procedimiento quedó en nada, el profesor no hace clases y se le sigue pagando sueldo. El camino del sumario parece ser tan inoperante, que más bien encubre y entorpece en vez de conseguir resultados. No es posible erradicar las malas prácticas al cien por ciento, pero un buen porcentaje de eso tendría que cambiar si tomamos a esos profesores para que integren talleres de construcción de pautas de evaluación, de participación obligatoria. (…) Las malas prácticas y los malos tratos son una cuestión ética. Esto emerge cuando se hace reflexión docente. (…) 
 
R.S.L.: Siempre se ha visto ambigüedad con respecto a las atribuciones de Escuela y las del Departamento de Música. ¿Qué se espera de parte de los departamentos en cuanto a la colaboración para afrontar irregularidades?

M.L.: Optar por la idea de que la docencia es algo importante, es relevante y no un lugar donde vas a dar una vez que dejaste de ser artista. (…) Las malas prácticas muchas veces tienen la anuencia de un estudiante que es humillado y maltratado, pero que admira a su profesor. (…) Los malos hábitos se han normalizado. Yo esperaría de los departamentos que fueran más respetuosos de sus colegas y de los estudiantes. (…) Hay una cuestión generacional que tiende a repetir prácticas de la época de la dictadura, donde uno se quedaba callado por miedo a perder la pega o porque te puede llegar un balazo en la calle (…). Yo esperaría que ahora se den cuenta que la docencia es algo que hay que dejar a Escuela, y que es algo en lo que hay que trabajar colaborativamente. (...)

Otras diversas irregularidades denunciadas por estudiantes describen: exámenes que empiezan con al menos una hora de atraso, docentes que no se presentan a la comisión que fueron citados, faltas a la honra y dignidad del estudiante mediante discriminaciones por razones diversas (nivel socioeconómico, procedencia, origen, apariencia física), falta de preparación para enfrentar la evaluación por ausencias prolongadas de docentes sin recuperación de clases y sin reemplazo, entre otras. Hasta el momento de la redacción de esta investigación, a nuestro equipo continuaron llegando casos relacionados que ameritaban profundización y continuidad a este trabajo. Así mismo, se espera conocer reacciones en la institución y en la comunidad universitaria a raíz de los datos revelados.

Continuará...

1 comentario:

  1. El gran problema de la facultad es que la mayoría de los que llamamos "profesores" son meros instructores. No tienen estudios de pedagogía y no manejan las concepciones mínimas de un proceso educativo, como la importancia de una pauta de evaluación conocida y construida por ambas partes.

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